Categoría: Leyendo la jugada

PROPUESTA DE LECTURA: EL OCHO, NOVELA DE KATHERINE NEVILLE

Tras las míticas piezas de ajedrez de Montglane se oculta un secreto celosamente preservado durante siglos…

Pasado y presente se entrecruzan magistralmente en El ocho, monumental novela de una autora de verdadero culto en todo el mundo. Desde Carlomagno hasta nuestros días, se dice que quien logre reunir todas las piezas de un legendario ajedrez gozará de poderes ilimitados. La piezas, confiadas a unas monjas, se dispersan en plena Revolución Francesa. Ciento ochenta años más tarde, la intrépida Cat recibirá el encargo de volver a reunirlas, Para conseguirlo, deberá visitar la historia del mundo y conocer a sus grandes personajes. Un libro erudito a la vez que apasionante que podrás encontrar en nuestra biblioteca.

El peón, de Paco Cerdá

Estocolmo, invierno de 1962. Dos hombres de mundos opuestos se enfrentan sobre un tablero de ajedrez. Arturo Pomar, el niño prodigio de la posguerra que ahora trabaja como auxiliar de Correos en Ciempozuelos, encara su última gran oportunidad deportiva contra un americano joven, excéntrico y ambicioso: Bobby Fischer. Uno fue peón del franquismo; el otro lo será de la Guerra Fría. Con esta partida y sus contrincantes como hilo conductor, El peón recorre las vidas de numerosos «peones» entregados a una causa política en la España franquista o en los Estados Unidos de Kennedy en aquel convulso 1962. Comunistas, maquis, obreros, socialistas, etarras, cristianos, republicanos, estudiantes o falangistas; afroamericanos, pacifistas, indígenas, activistas antinucleares, izquierdistas o militares de obediencia ciega. Personas que se sacrificaron ante la dictadura o el capitalismo pagando un precio de muerte, cárcel, exilio o soledad. Como un collage estructurado en los 77 movimientos de la partida Fischer-Pomar, Paco Cerdà teje una original historia acerca del compromiso personal, el ajedrez y el poder para reflexionar sobre dos cuestiones: qué hace la Historia en mayúsculas con la vida de la gente minúscula, y cómo el sacrificio individual explica las luchas colectivas.

Poemas de Jorge Luis Borges

En su grave rincón, los jugadores 
rigen las lentas piezas. El tablero 
los demora hasta el alba en su severo 
ámbito en que se odian dos colores. 

Adentro irradian mágicos rigores 
las formas: torre homérica, ligero 
caballo, armada reina, rey postrero, 
oblicuo alfil y peones agresores. 

Cuando los jugadores se hayan ido, 
cuando el tiempo los haya consumido, 
ciertamente no habrá cesado el rito. 

En el Oriente se encendió esta guerra 
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra. 
Como el otro, este juego es infinito. 

II 

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada 
reina, torre directa y peón ladino 
sobre lo negro y blanco del camino 
buscan y libran su batalla armada. 

No saben que la mano señalada 
del jugador gobierna su destino, 
no saben que un rigor adamantino 
sujeta su albedrío y su jornada. 

También el jugador es prisionero 
(la sentencia es de Omar) de otro tablero 
de negras noches y de blancos días. 

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. 
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza 
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

Los justos

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire. 
El que agradece que en la tierra haya música. 
El que descubre con placer una etimología. 
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez. 
El ceramista que premedita un color y una forma. 
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada. 
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto. 
El que acaricia a un animal dormido. 
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho. 
El que agradece que en la tierra haya Stevenson. 
El que prefiere que los otros tengan razón. 
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.